jueves, 28 de abril de 2011

Nuestro sistema de creencias

Se refiere a todos los conceptos que sin cuestionamiento alguno consideramos como verdades absolutas, los mismos provienen de toda la información que nos fue transmitida desde la niñez, algunos de estos conceptos son limitantes, es decir, no nos permiten avanzar en la vida o nos detienen en una situación no deseada.

Si reflexionamos al respecto, descubrimos que estos conceptos o creencias, fueron “creadas” en nuestro cerebro, por lo tanto, pueden ser identificadas y modificadas por otras más funcionales… que nos permitan vivir como queremos vivir.

Una técnica muy difundida y muy efectiva para cambiar nuestras creencias limitantes, es el ABC, creada por Albert Ellis (terapeuta cognitivo – conductual norteamericano), esta plantea que la forma más efectiva de cambiar nuestra forma de percibir la realidad (sentir – actuar) es modificando nuestra forma de pensar, es decir, nuestras creencias.

En la técnica ABC:

(A) representa las diversas situaciones o experiencias diarias
(B) corresponden a los pensamientos que tenemos sobre las diversas situaciones o experiencias (A)
(C) significa la consecuencia emocional y conductual de nuestros pensamientos (B)

Para comenzar a utilizar esta técnica, tenemos que entender que el proceso es el siguiente: Yo siento y me comporto de una manera determinada (C), como consecuencia de los pensamientos que tengo (B) sobre lo que me ocurre en el diario vivir (A). Si pretendo cambiar mi forma de sentir y actuar, debo cambiar mi forma de pensar; entonces, si continuo con los mismos pensamientos (creencias) seguiré experimentando los mismos sentimientos y comportamientos.

Una vez entendido el proceso, hago un registro diario de mi ABC, utilizando una planilla de tres columnas donde la primera columna es A, la segunda es B y la tercera es C. Esta tarea diaria comenzará a vislumbrar nuestro sistema de creencias y nos permitirá en una etapa posterior modificarla en función a cómo nos queremos sentir y qué comportamientos son los deseables para mí.



viernes, 22 de abril de 2011

Paradigmas y Dimensiones del Ser Humano

El ser humano se desarrolla en cuatro dimensiones: Mental, Emocional, Físico y Espiritual. Las cuales se encuentran interrelacionas e indivisiblemente conectadas. Cada una afecta a la otra, y lo ideal es establecer o alcanzar un estado de equilibrio entre ellas, lo que permite al ser humano desarrollar una vida plena y más feliz.

Cada una de estas dimensiones en equilibrio determina nuestro bienestar, determina la forma en que experimentamos la vida y cada uno de los acontecimientos que en ella ocurren.

Por ejemplo nuestros pensamientos afectan directamente nuestras emociones y la manera en que nos sentimos, en el otro sentido nuestras emociones y nuestros pensamientos determinan la química de nuestro cerebro, y la química de nuestro cerebro determina el estado de nuestro cuerpo.

Desde otra perspectiva la calidad de nuestro alimento y el estado de nuestro cuerpo incide también en la química de nuestro cerebro, y eso afecta directamente nuestras emociones y pensamientos.

Somos un todo integrado y no podemos dejar nada de lado. Pero por increíble que parezca vivimos como en compartimentos separados, a veces somos muy racionales, otras veces somos emocionales, otras nos centramos en el cuerpo y en ocasiones nos enfocamos en el aspecto espiritual. Cuando en realidad estamos siempre viviendo en todas y cada una de esas dimensiones.

Resulta que estas dimensiones se ven afectadas por creencias, paradigmas arraigados a través de los cuales establecemos nuestro relacionamiento con los demás. Existen dos componentes claves en el vivir:
• Las Realidades, hechos concretos que no tienen ningún valor asociado.
• Las valoraciones psicológicas que nacen de nuestras creencias, las cuales asignan valor a esas realidades.

Esta asignación de valor es la que determina nuestra percepción sobre esas realidades, lo que justamente ocasiona que una situación determinada sea percibida de manera diferente por cada ser humano.

La incompatibilidad entre las realidades y nuestras valoraciones, introducen conflicto, por consiguiente crean el dolor psicológico. Por ejemplo la muerte, una realidad, no tiene una connotación hasta que nos afecta emocionalmente, al tocar algún ser querido, sino pasa como cualquier otro acontecimiento sin importancia. Esto no está bien ni mal, sólo que cuando nos centramos en el conflicto ocasionado por la valoración de la realidad, creamos un desequilibrio en alguna dimensión en la que nos desarrollamos.

Por consiguiente surge en el ser humano la tendencia a tratar de cambiar las realidades desde la perspectiva de la valoración que asignamos a ella, esto de alguna manera sería como tratar de enseñar a ladrar a un gato, cosa que resulta imposible.

Cuánto más clara sea nuestra percepción de esas realidades, y menos valoración sea asignada seguramente será posible alcanzar estados de bienestar más completos, por consiguiente una vida más plena, en lo familiar, laboral, emocional, físico, etc.

Algunas reflexiones que quisiéramos compartan con nosotros.

En lo físico: ¿Cómo actuaríamos si hubiéramos tenido un ataque al corazón? ¿Cómo cuidaríamos nuestro cuerpo? ¿Cómo sería nuestra vida?

En lo Mental: ¿Cómo nos prepararíamos si nuestra profesión sólo tendría una vigencia de dos años?

En lo Emocional: ¿Cómo nos comportaríamos, si los demás podrían percibir lo que pensamos con relación a ellos?

En lo Espiritual: ¿Cómo viviríamos si cada tres meses, tendríamos una cita con el creador?




Carlos Arteaga

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jueves, 14 de abril de 2011

Introducción a las Habilidades Sociales

Las habilidades sociales son un conjunto de estrategias y técnicas orientadas al mejoramiento de nuestra interacción social, la cual se desarrolla en todos los ámbitos de relacionamiento interpersonal; estas habilidades son cien por ciento posibles de ser aprehendidas y aplicadas en nuestro diario vivir, parece ser que el concepto de "nadie nace sabiendo" es perfectamente aplicable al área de las habilidades sociales, es decir, nadie nace "habilidoso (a)" a nivel social... estas habilidades se desarrollan, sin importar la edad o las condiciones socioculturales de una persona en particular. Las habilidades sociales se definen desde las más sencillas y aplicables como escuchar, iniciar una conversación, formular una pregunta, etc., hasta las más complejas como la defensa de nuestros derechos, discernir la causa de un problema, mejorar las relaciones de pareja, etc.

Es una utopía pensar que podemos aislar las habilidades sociales de otros procesos psicológicos, ya que nuestra forma de "ver" el mundo influye de forma determinante en nuestras relaciones, asimismo, hemos de advertir que cuando hablamos de ellas nos referimos a aspectos concretos de la relación interpersonal del ser humano; es así que esto nos permite poder "entrenar" habilidades específicas en todas la áreas de interacción que consideremos la necesidad de mejora.

Mucha gente necesita aprender sus derechos personales, como expresar pensamientos, emociones y creencias en formas directas, honestas y apropiadas sin violar los derechos de cualquier otra persona. La esencia de las habilidades sociales puede ser reducida a cuatro patrones específicos: la capacidad de decir "no", la capacidad de pedir favores y hacer requerimientos, la capacidad de expresar sentimientos positivos y negativos, y la capacidad de iniciar, continuar y terminar conversaciones  (R. Lazarus).
En próximos artículos vamos a profundizar estos aspectos, sin embargo, te invito a que publiques tus comentarios, visites nuestros sitios en la web y te pongas en contacto con nosotros ya que tu reflexión es fundamental para el crecimiento y desarrollo de este proyecto.

Ramiro.

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